"Cuando la llevaba a sitios fuera de lo normal su interior se sentía en calma. La veía relajada, huyendo de la rutina y deseando aprovechar aquél momento. Le gustaba recrear escenarios inventados y poderlos hacer realidad. Total, su vida había sido demasiado difícil para ser asumida por una mente tan infantil y el único lugar donde podía estar horas y horas sin lamentarse era dentro de ella. Aún así, su tendencia rozaba el masoquismo. A veces se negaba a abrir las puertas del autoengaño, porque aún sabiendo que aquello la haría feliz, se negaba a negarse la verdad de toda aquella farsa que era su existencia"