miércoles, 13 de abril de 2016

Las 7:27



Dos días sin señales desde el incidente. 
¿Y si estaba tratando de despedirse de mí?



"Y yo no quiero volver...
No me repitas jamás,
que no sabes qué hora es.
Las 7 y 27... Oh no..."

lunes, 11 de abril de 2016

La ecovela




Hace días que se apagó la llama. Intenté retenerla lo máximo posible pero no hubo manera: aquella persona seguía ignorando las señales. ¿Cómo osaba?

Tras días haciéndome la interesante, tras trayectos insinuando que mis libros eran más entretenidos y que la música que escuchaba me relajaba más que verle permanecer de pie, de repente, decidió sentarse a mi lado.

Es difícil explicar por qué sucedió. Quizá sintió que se estaba consumiendo la mecha de nuestra magia, pero la pelota volvió a saltar a mi tejado, que en realidad es de donde había salido. Estaba alimentando una bestia, estaba hechizando a un extraño para que tarde o temprano se diera cuenta que todo había sido parte de un juego adolescente.

¿Y qué? Sólo pretendía crear historias, hundir la huella por donde pasaba. Y si tenía claro que yo no era de las que dejaba marca a la primera de canto, en mi interior sabía perfectamente que más bien era como esa fina lluvia que cuando te das cuenta ya te ha mojado.

Y el hombre sin rostro carraspeó. Como siempre hacía cuando estaba cerca... desde el día que se cortó el pelo. Él desconocía que la ecovela era una vela infinita.