"Durante esas últimas cuatro semanas, mientras daba forma a la madera y unía las piezas del cabestrante, por primera vez se había planteado seriamente la posibilidad de perderla, y eso le provocaba una gran angustia. Había comprendido que ella era lo mejor que le había ocurrido en la vida. Si hacía buen tiempo, quería salir a pasear con ella bajo el sol; si veía algo bello, deseaba enseñárselo; si oía algo divertido, su primer pensamiento era contárselo y verla sonreír. Su trabajo lo reconfortaba, sobretodo cuando daba con soluciones inteligentes a problemas inextricables, pero no dejaba de ser una satisfacción fría y cerebral y sabía que su vida sería un largo invierno sin ella."
Ariel
1 comentario:
Gracias x hacer q mi vida no sea un largo invierno, sino un agradable kmino q seguir construyendo sin importar la estación. Te quiero!
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