jueves, 3 de diciembre de 2009

\infty




Se creyó su propia teoría y la llevó a cabo con la máxima frialdad posible. Tenía en su mente la idea de que no había en el planeta una sola persona que pudiera completarle íntegramente así que pensó: ¿por qué no que cada uno me aporte lo que pueda?

Y así descubrió como tener miles de amantes imaginarios: uno fuerte, otro ágil, otro inteligente, otro culto, otro divertido... Total, su imaginación era lo único sin límites.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Me añades a tu lista infinita de amantes imaginarios?

Isa R. dijo...

¿Qué cualidad es la que aportas? Aunque podrías ser cualquiera...

Anónimo dijo...

Soy el más soñador.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Isa R. dijo...

Si eres el más soñador corremos el peligro de quedarnos eternamente dormidos ;P

Pero está bien como cualidad.
Te añado.