"Se acercó a la ventana de la habitación del hotel y contempló la Via Garibaldi de Roma. Aquella ciudad era todo ruinas. Luego tomó una decisión. Se puso la cazadora, bajó a la recepción y preguntó si había alguna agencia de viajes cerca. Reservó un billete de ida a Tel Aviv y pasó los siguientes días paseando por el casco antiguo de Jerusalén, donde visitó la mezquita de Al-Aqsa y el Muro de las Lamentaciones, y observó con desconfianza los armados soldados apostados en las esquinas. Desde allí voló a Bangkok y continuó viajando el resto del año"
viernes, 8 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario