jueves, 10 de junio de 2010

Dendroaspis polylepis

Siempre me han gustado las serpientes; no sé cómo no lo había visto antes. Y de repente ahí estaba: frente a la más peligrosa de ellas. De un tamaño de unos 3 metros de altura me ofrecía su black dance manteniéndome inmóvil ante ella. Buscaba venganza. Yo no era Bill pero apenas le importaba, si me había puesto en su camino. E iba a cobrarse el precio de entrada tarde o temprano.

"Revenge is a dish best served cold"

La venganza nunca es un camino recto. Es un bosque. Y, como en un bosque, es fácil perderse. Perderse y olvidar de dónde veníamos.

1 comentario:

Fernando Gili dijo...

Pero la venganza tiene un sabor tan dulce...
Siempre suyo
Un completo gilipollas