Quizá no se trataba de conectar, sino de desconectar. De mejor fluir y menos forzar. ¿Tan difícil es dejar que las cosas fluyan? Barreras, patrones... uno sobre otro, no vaya que se note que hemos puesto el anterior. Y creamos una capa de cemento armado que no te reconoces cuando te miras al espejo.
¿Cuándo sabes realmente que ese tú eres tú?
No hay comentarios:
Publicar un comentario