"Cuando el observador mira, se comporta como una onda; cuando no lo hace, como una partícula". Las expectativas del observador influyen en la creación de la realidad del mismo.
Si aplicamos esto a un hecho básico y habitual como es el consumo de alcohol o cualquier tipo de droga, observamos que la teoría básica de la física cuántica se vuelve sencilla de entender. Hasta los de letras podemos introducirnos en este mundillo.
Caso práctico: una noche de borrachera. Haces cosas inimaginables, cosas insólitas, cosas que no cuadran con tu personalidad habitual y dejas a todos estupefactos. Los demás te recuerdan cosas que tú no recuerdas haber hecho ni haber dicho. Dudas de que te estén gastando una gran broma. Error. Los amigos de verdad no deberían mentir respecto a estas cosas.
¿Qué ha pasado entonces? El alcohol nos ha transportado a una realidad paralela en la que nosotros nos comportamos de forma ligeramente distinta. ¿Qué hicimos entonces anoche? ¿Le dijimos a aquella tía que su cara era más fea que pegarle a un padre con un calcetín sudado? Sí y no. En nuestra realidad no lo hicimos, nunca le diríamos eso a otra persona, somos muy respetuosos. En la realidad paralela donde esa chica cruzó unas palabras contigo, sí lo hiciste. En la realidad que nosotros decidimos escoger de las infinitas posibles, no, no lo hicimos.
En eso consiste la física cuántica, o al menos una parte de ella. En que, de un número infinito de realidades existentes en un futuro ligeramente próximo (tanto que nosotros ya lo llamamos presente) nosotros, al convertirnos en observadores (miramos hacia una realidad), escogemos una realidad y la proyectamos como "nuestra realidad".
Así que, un consejo, si bebéis... más que procurar manteneros en pie, lo conveniente sería manteneros cuerdos, conscientes de la realidad que estáis escogiendo porque a lo mejor no es la que escogen los de vuestro alrededor.
1 comentario:
mmm... la mecánica cuántica es mas que eso, y no solo ahí sucede la imprecisión, si no tienes una forma de medir que no afecte el resultado a nivel macrométrico pasa lo mismo, pero por eso ya se han desarrollado muchas herramientas para la medición a un grado en el que macrométricamente su intervensión es casi irrelevante en el resultado, por otro lado a un nivel donde tus herramientas son del tamaño de lo que mides , automáticamente afectas el resultado, ya que utilizas partículas para conocer el conocimiento de partículas... es como introducir a un espía en una misión para conocer al enemigo, por su sola presencia altera todo, muy diferente a solo tener micrófonos que te hacen conocer todas sus conversaciones sin realmente alterar el entorno del enemigo.
Pasando a lo de la ebriedad... recuerda que el alcohol te hace decir muchas cosas que realmente piensas... trayendo a la mecánica cuántica, sabemos que podemos tener comportamientos impredecibles, pero siempre sobre un reempe (región espacio energética de manifestación probabilística electrónica), claro si nos referimos a un electrón en un átomo y en el caso de otras partículas aisladas conocemos otros parámetros y componentes que nos ayudan a conocer un poco el alcance de la reacción, así mismo cuando estas ebria puedes decir tonterías pero jamas se alejan de lo que eres, es decir, todo lo que digas es porque es parte de ti.
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