sábado, 10 de noviembre de 2018

El puzzle de las relaciones

Cuando muera todo tendrá sentido. Pero por ahora sólo puedo intuir como las piezas se mueven lentamente hacia la posición que les es natural.
Cuando eres pequeño y durante la adolescencia, valoras muy poco la calidad de las relaciones sociales. Quiero decir... sí las valoras, pero aceptas que todas o la mayoría puedan encajar en tus intereses personales. A los que les gusta lo mismo que a ti suelen ser aceptados sin mirar mucho más allá (música, hobbies, películas, etc.). No sueles dar de lado a ese compañero de clase que quiere jugar con vosotros a pelota porque no es responsable, contesta mal a sus padres o no le gustan los perros. Eso te da igual: sólo quiere jugar a pelota contigo.
Pero cuando te haces mayor la cosa cambia. Te vuelves más selectivo con tus relaciones sociales, y ya no te sirve todo. Quizá es porque ya no gozas de tanto tiempo libre y valoras mucho dedicarle una parte de él a una u otra persona. Y tú vida sufre muchos cambios, tú también sufres muchos cambios debido a la suma de responsabilidades o de crecimiento personal. Estamos hablando de una etapa entre los 25 y los, no lo sé, una edad a la que no he llegado.
Me siento la pieza central del puzzle de mi vida y todas esas relaciones sociales construidas durante años flotan a mi alrededor. Y conforme pasa el tiempo vas viendo cuáles encajan y cuáles no. Quizá puedes vislumbrar qué piezas están forzando su forma para encajar contigo y cuáles lo hacen de forma natural. Cuáles se alejan y cuáles se acercan. Cuáles se alejan y se acercan pero siempre se mantienen en tu órbita más cercana.
Cuesta darse cuenta de esto y no prestarle atención. Porque a veces sencillamente te sientes arrastrado a moverte o aislarte para que ciertas piezas se alejen; a veces sientes que necesitas acercar otras; a veces sencillamente no sabes cuáles se van a quedar.
Y supongo que todo cobrará sentido conforme avance el tiempo, conforme pasen los años y la gente ya no tenga ganas de esforzarse en acercarse a unas piezas u otras y todo lo que le quede sea la parte del puzzle que haya sido capaz de montar durante todos estos años.