jueves, 21 de octubre de 2010

Cuando dormir juntos es tan fácil en un lugar tan pequeño

Nos hemos acostumbrado a dormir juntos después de tantos años. También he de decir a su favor que se trata de alguien adaptable y cómodo. Pero nunca es fácil compartir cama con alguien que aparece de repente en tu vida, de un día para otro. Y menos si es gordo. Que no tengo nada en contra de los gordos pero duermo en una cama de 90 de ancho. Y de largo... qué decir: se tumba mi alma bien estirada y se come parte de la habitación de al lado.

Por este motivo, y otros, a veces él aparecía en el suelo, durmiendo; otras veces a los pies de la cama, o por encima de mi cabeza. En fin, que el pobre dormía como podía, como le dejaba.
Últimamente se acomoda en el espacio que queda entre mi hombro y la almohada, ya sabéis, donde a veces ponemos la mano para cubrir el cuello o en verano se ha acomodado en mi tripita.

Ya nos conocemos lo suficiente para vernos las caras por la mañana y saber si hemos dormido bien o no. Hoy supongo que habrá supuesto que se ha movido demasiado, pero pobre, si la culpa no ha sido suya. Es que al parecer los tés a partir de la comida son demasiado excitantes para mí, a no ser que sean Taj Mahal. Creo que es hora de ir comprando una bolsita de la India.

Hoy he rememorado Berlín, gran ciudad.

miércoles, 6 de octubre de 2010

2046




"El amor es una cuestión de oportunidad. No sirve de nada conocer a la persona idónea demasiado pronto o demasiado tarde. Si yo hubiera nacido en otro lugar, mi historia podría haber tenido un final muy diferente."

viernes, 1 de octubre de 2010

Shôgun

"Ella se acercó más, acurrucándose junto a él y estirando la colcha sobre sus cabezas. Después, lo amó con una ternura desconocida para él"