viernes, 26 de febrero de 2010

Limpieza


Borré tu nombre de mi piel con espuma de mar y con un aspirador poco potente eliminé los restos que saltaban al suelo. Descubrí, entonces, que mi tonalidad era más limpia y brillante y que una vez tiras a la basura la bolsa con los papeles del crimen, ya no hay crimen.

Ahora ya puedo moverme sin respirar polvo ni sentir tus ojos oscuros de amoratadas ojeras mirarme mientras veo pasar otra escena. Ni notar tu mano traicionera de puñal arrancarme los besos y luego, a modo de regusto, las lágrimas.

Ahora ya puedes sonreír mientras de fondo se oyen mis carcajadas remolonas y mi voz te dice entre susurros... "ayer soñé que me olvidabas".

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